Del Mono Tributo a un verdadero incentivo fiscal para los de a pie.
Al pasar de los años, La República Dominicana ha venido presentando un complejo entramado en la economía local, los pequeños negocios y emprendedores se enfrentan a grandes desafíos, a los fines de poder definir su éxito en el mercado local y posible permanencia o en su defecto su desaparición. A lo largo de varios años se han discutidos políticas de incentivos y procesos de formalización para las micros, pequeñas y medianas empresas y su formalización, pero entendemos que pocos han abordado el verdadero motor que podría impulsar a estos sectores, como un sistema fiscal accesible, justo y adaptado a la realidad que viven hoy en día los dominicanos.
La responsabilidad o deber de tributar que, consagrada nuestra Constitución, no debería ser una carga excesiva para los pequeños comerciantes, ni mucho menos sirva de óbice para su crecimiento y permanencía en el mercado. Más allá de descuentos temporales y exenciones que muchas veces se condicionan y se hacen cuesta arriba poder cumplir, lo que realmente debería implementar el estado y fomentar, es una estructura tributaria que abogue a la inclusión y que permita la permanencia de esas personas que tienen el deseo de poder ser parte del mercado formal, pero las burocracias y cargas fiscales excesivas, le imposibilitan su permanencia.
Existen modelos donde se ha podido demostrar que una buena implementación de una política fiscal de simplificación, fomentado en la educación fiscal, puede transformar la economía, permitiendo así que los pequeños negocios puedan crecer sin el temor a cargas fiscales aplicadas de formas desproporcionadas.
Desde la señora que vende helados desde su casa, hasta el ebanista de la esquina del barrio, no buscan evadir, si no oportunidades. Desafortunadamente, los gobiernos de que hemos tenido han dado un mal uso de los tributos recaudados y existe una mala percepción respecto a la función y el fin que tiene el pago de los tributos, sumado a esto la falta de conocimiento respecto a la materia impositiva.
El desarrollo de los pequeños negocios y el emprendimiento, son claves para nuestra economía, pero la legislación vigente que data de 1992 no representa desafíos para su crecimiento. Por eso es menester una modificación estructural de nuestro Código tributario o la creación de leyes donde se presente una real estructuración de estrategias que permitan la inclusión sostenible de los pequeños en la formalidad, sin la carga impositiva desproporcionada.
Aunque en nuestro país existen incentivos fiscales, muchos de ellos están diseñados para grandes empresas y sectores en específicos y cabe destacar que no criticamos la implementación de estos incentivos, inclusive, abogamos a que incentiven otras áreas vitales para el desarrollo de la economía y crecimiento de nuestra nación, pero sin dejar de lado a los pequeños comerciantes, lo cual los pone en situación de desventaja. La clave para un incentivo fiscal radica en la simplificación tributaria, la reducción de cargas impositivas y sobre todo la creación de programas de educación fiscal.
Recientemente en nuestro país, el poder ejecutivo se prepara para enviar al Congreso Nacional un proyecto de Ley para establecer en nuestro país la modalidad del mono tributo, acción que entendemos prudente y la valoramos, pero como dicen por ahí “el diablo está en los detalles”
En su artículo 17, el anteproyecto de Ley establece que: El monotributista que se encuentre al día en el pago de sus cuotas tendrá derecho a la habilitación de cuentas de ahorros, cuentas corrientes, prestamos o tarjetas por valores que no superen, en el caso de los productos que no son de ahorros, los quince mil pesos dominicanos (RD$15,000.00), que podrán ser ajustados anual por inflación según pertinencia a pronunciamiento de la DGII.
Tomando en consideración el costo de la vida hoy en día, y los altos precios de los insumos y la materia prima para producir, el limite de RD$15,000.00 consideramos es insuficiente para ciertos emprendimientos, limitando el crecimiento de pequeños negocios, otro factor importante es que la actualización anual por inflación queda sujeta a pronunciamientos de la DGII, lo que podría generar incertidumbre si no se ajusta regularmente y como experiencia tenemos la indexación (ajuste por inflación) de los salarios que desde el 2017 no se ajusta, llevando a que personas que hoy en día no deberían pagar el impuesto sobre la renta por sus ingresos por salario, lo sigan pagando.
El artículo 18 del mismo anteproyecto de Ley, plantea un esquema de seguro de salud básico de una aseguradora del estado para los monotributaristas, pero condicionando al pago puntual de sus cuotas. Entendemos que la intención de brindar cobertura médica es positiva, pero existen varios aspectos que pueden crear situaciones en su implementación.
El párrafo I del artículo antes mencionado, establece que el seguro que se les otorgará a los monotributaristas, es exclusivamente personal, sin incluir a los dependientes, limitando el acceso a la salud para los familiares de los monotributaristas, quienes serán en su gran mayoría, personas que pertenecen a sectores muy vulnerables. Otros modelos de monotributos permiten la inclusión de familiares bajo ciertas condiciones, mejorando la protección social para los familiares.
En su párrafo III, indica que el seguro es de tipo prepagado y que la falta de pago de las cuotas del monotributo lo inhabilita, lo que puede generar interrupciones en la atención médica de personas en situaciones económicas difíciles, violentando así el derecho a la salud consagrado en nuestra Constitución de que el Estado debe promover la seguridad social y garantizar el acceso universal a una protección adecuada en la enfermedad, discapacidad, desocupación y vejez.
Siendo La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) la responsable de enviar la relación de monotributistas al día a la aseguradora estatal. Sin embargo, la DGII no es un organismo de salud, lo que podría generar problemas administrativos y retrasos en la actualización de beneficiarios. Un sistema más eficiente podría involucrar directamente a las entidades de salud en la gestión de afiliaciones.
En su párrafo IV, establece que el seguro debe contar con un régimen progresivo de coberturas, pero deja la definición de servicios y medicamentos a un reglamento posterior, lo que a falta de especificación puede generar incertidumbre sobre qué tratamientos estarán realmente disponibles.
Valoramos y felicitamos al gobierno del presidente Luis Abinader y sus buenas intenciones para los pequeños comerciantes con este anteproyecto de Ley y su lucha contra la informalidad, ahora bien, la lucha de la informalidad no se combate solo aplicando impuestos y desafortunadamente ha sido la forma como los gobiernos pasados y este han entendido que se combate la informalidad, no es solo con reformas tributarias agregando más impuestos y ampliando la base, es con incentivos reales a los informales, es racionando el gasto e invirtiendo en infraestructura, es que el ciudadano pueda ver en qué y como se invierten sus impuestos pagados, es recibir una salud de calidad, es recibir educación, son muchos factores que no se toman en consideración y solo hablamos de recaudar, el modelo del monotributo es una avance, pero si bien es cierto que este modelo busca facilitar las contribuciones de los pequeños, no menos cierto es que no existen incentivos reales para los informales.