Los parches fiscales, soluciones a corto plazo para un problema de largo plazo.
Por años, la política fiscal de muchos países ha estado marcada por reformas que han sido aplicadas de formas fragmentadas que incluyen ajustes improvisados y medidas temporales que buscan enfrentar crisis económicas, pero desafortunadamente estas soluciones suelen generar más problemas que beneficios a largo plazo. Una verdadera transformación del sistema tributario requiere una visión integral por parte de los gobiernos, basada en estabilidad, eficiencia y sobre todo equidad.
Las reformas aplicadas de formas fragmentadas, ajustes improvisados y las medidas temporales que solo buscan aumentar las recaudaciones, son conocidas como “parches tributarios”, ya que suelen surgir como respuestas a déficits presupuestarios, presiones externas como las del Fondo Monetario Internacional (FMI) o crisis económicas imprevistas.
En las últimas dos décadas, la República Dominicana ha enfrentado desafíos fiscales que han sido abordados con soluciones parciales o temporales que desafortunadamente muchas han permanecido en el tiempo, como por ejemplo el impuesto a los cheques y transferencias bancarias ascendentes al 15 sobre 1,000 (RD$0.0015).
Impuesto que fue aplicado como una medida transitoria “parche tributario” ante la necesidad de aumentar las recaudaciones, producto de la crisis bancaria del 2003.
Cabe destacar que la Ley 288-04 donde se estableció dicho impuesto, no previó que fuera transitorio en ese momento, pero la intención y el debate político de aquel entonces así lo indicaban, pero no fue hasta 2005 cuando se aprueba la Ley 557-05, en la cual se establecía un desmonte gradual del impuesto hasta que desapareciera en 2009, sin embargo, un año más tarde, mediante la Ley 495-06 se le otorga el carácter de permanente y se elimina la transitoriedad.
Estos parches que suelen ser útiles a corto plazo realmente no atacan los problemas estructurales del problema tributario y generan incertidumbres en el crecimiento económico.
Nuestro sistema tributario ha sufrido modificaciones puntuales, siempre con la intención de aumentar las recaudaciones, pero estas estrategias no contemplan la necesidad de una reforma integral donde convergen una reestructuración del sistema tributario, la reducción eficiente del gasto público, la reducción del endeudamiento, el sector eléctrico y sobre todo el fortalecimiento institucional.
Expertos en economía han señalado que las soluciones parciales perjudican la competitividad del sector empresarial, limitan la inversión y dejan a los pequeños comercios en desventajas.
Recientemente el exdirector de la Dirección General de Impuestos Internos, el economista Magín Díaz, en su artículo titulado “Cuando el elefante fiscal se come la inversión” hace alusión a la creciente carga de interés de la deuda pública que consume recursos destinados a la inversión, en su escrito relata que desde el año 2019 el gasto de interés ha superado la inversión pública y que, desde este año en adelante, el Gobierno proyecta una inversión pública de 2.2% del PIB, cifra que corresponde a mínimos históricos y si el Estado no actúa, “el elefante fiscal no solo seguirá creciendo: terminará por aplastar nuestras escuelas, hospitales, carreteras y oportunidades”.
Si traducimos esto en buen dominicano, es igual a más cargas fiscales para la población ya que se necesita ingresos, ya sea en este gobierno, aunque se dijo que no se harían reformas, o para el venidero ya que el estado dentro de sus roles fundamentales la inversión pública juega un papel muy importante.
De igual forma el economista Andy Dauhare en una intervención que reciente tuvo, donde decía que hasta tanto la población no pueda ver que reciben servicios públicos eficientes o grandes obras de infraestructuras, se les hará difícil de convencer a la población de que hay que aprobar una reforma tributaria.
El camino a una solución efectiva debe incluir una reforma fiscal profunda, cimentada en principios de eficiencia, un modelo educativo en materia tributaria, transparencia y sobre todo la equidad. Ciertamente el país necesita seguir creciendo y para crecer el Estado necesita recibir ingresos, pero es necesario reformular el modelo actual y establecer medidas que garanticen una recaudación sostenible sin afectar el crecimiento del país, pero sobre todo sobre la base de un debate amplio y participativo, donde los impuestos sean justos, eficientes y propicien el desarrollo de la nación, la respuesta no está en los parches tributarios, sino en una trasformación asegure estabilidad y progreso a largo plazo.
Hatuey De De Jesus Adames
junio 9, 2025La reforma fiscal debe enfocarse en eficiencia, transparencia y equidad, evitando medidas temporales que solo aumenten la carga tributaria. Como señala Andy Dauhare, la población debe percibir mejoras en los servicios públicos para aceptar cambios fiscales. La solución no está en ajustes superficiales, sino en una transformación profunda que garantice estabilidad y desarrollo a largo plazo mediante un debate amplio y participativo.